En su visita pastoral Sigifredo Noriega Barceló recorrió los municipios de Villa González Ortega, Villa Hidalgo y Pinos
Diversas problemáticas viven los pobladores como son las desapariciones forzadas, pobreza, sequía, migración, y vivir con una sensación de miedo constante; son algunas dellas que padecen habitantes del municipio de Villa Hidalgo, de las comunidades de Pedregoso, La Noria, en el municipio de Villa González Ortega, de la comunidad de El Nigromante, en el municipio de Pinos, comentó en conferencia de prensa, el obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló.
Explicó que durante su visita al municipio de Villa Hidalgo, Zacatecas se reunió con 80 personas víctimas de la violencia, la mayoría familiares de personas desaparecidas, así como con padres cuyos hijos han perdido a sus hijos por la inseguridad.
El Obispo señaló que en esos municipios hay una especie de toque de queda, pues a partir de las seis de la tarde la gente no sale a las calles. “Hay problemáticas serias como la migración, gente que vende sus bienes a un precio menor, otra cosa que vi es miedo, la gente se encierra a las seis de la tarde”, agregó.
Visitó cuatro parroquias las cuales cubren a 50 mil personas en esos municipios, “y cada parroquita tiene alrededor de 10 mil fieles, la de Villa Hidalgo poco más de 20 mil. Es otro ambiente de dolor indescriptible, nos reunimos y hay la esperanza de que esta pesadilla y este calvario termine pronto”, dijo.
El Obispo declaró que es triste y alarmante que las y los habitantes de estos municipios no se han acostumbrado a la violencia e inseguridad, y muchos de ellos no se han podido ir de sus comunidades, por lo que viven cuidándose unos a otros y tomando sus precauciones.
Y fue claro que señalar que la mayoría de los que se quedan lo hacen porque no tienen otras oportunidades o por sus familias, y algunos que se han ido malbarataron sus bienes y su patrimonio por la necesidad de buscar nuevos horizontes.
“He visto tristeza, impotencia, y por otra parte esperanza de cuándo se va a acabar esto, y de quien lo va a hacer, tenemos la conciencia de que la autoridad tiene esa misión. No vamos con la actitud de resolver todo, la escucha es el inicio del proceso de curación y sanación”. Resaltó que la Iglesia brinda acompañamiento, pues lo primero que se debe hacer es escuchar a las víctimas y a sus familiares.
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